
3 lecciones que aprendí sobre la ética laboral al ordeñar vacas con mi padre todas las noches
Como se ve en Emprendedor
Trabajar en la granja familiar me enseñó lo que realmente significa tener una buena ética de trabajo.
Cuando imaginas a la directora ejecutiva de una empresa, es posible que la veas vistiendo trajes planchados y escuches sus zapatos lustrados resonar sobre los duros pisos de mármol. Es posible que no te imagines overoles con olor a heno o leche fresca lamiendo sus tobillos mientras arrastra baldes por un granero. Sin embargo, crecer en una granja desempeñó un papel importante para ayudarme a convertirme en el ejecutivo de negocios que soy hoy. No quiere decir que ordeñar vacas sea la única forma de llegar allí, pero trabajar con mi padre en la granja todas las noches desarrolló una ética de trabajo en mí que allanó mi camino hacia el éxito.
Estas son las tres lecciones principales que aprendí.
1. Ser líder requiere sacrificio
Cuando volvía a casa de la escuela, las vacas siempre tenían que ser lo primero. Era trabajo antes de jugar, incluso antes de sentarse a cenar. Cuando me convertí en CEO, esta lección me enseñó a asegurarme de que el trabajo que tenía que hacer estuviera terminado antes de comenzar a planificar lo que podría hacer el viernes por la noche. El trabajo duro requiere un nivel de sacrificio, y lo aprendí a través de mis obligaciones en la granja.
Como líder, este sacrificio se vuelve más pronunciado. Mi papá rara vez llegaba a jugar. Recuerdo momentos en que mi mamá me llevaba al pueblo para los conciertos de mi banda, pero mi papá se quedaba porque todavía tenía trabajo que hacer en la granja. Solía pensar que no quería venir, pero me di cuenta a medida que crecía que realmente no podía. Mi papá me enseñó que no siempre puedes hacer lo que quieres cuando tienes que hacer lo que es necesario para liderar.
2. Haz un compromiso y apégate a él
Las vacas eran lo primero y necesitaban atención todos los días sin importar nada, así que aprendí el significado del compromiso al ayudar a mi papá en la granja. Incluso si estaba cansado o hambriento, todavía tenía que reunir la energía para llevar cubos de leche por el establo para mi papá. Estaba allí todos los días, haciéndolo por nosotros, así que yo iba a estar allí para él. Se trataba de tenacidad.
Comprometer tu mejor esfuerzo en las buenas y en las malas es algo de lo que estar orgulloso y, como resultado, solo los buenos recuerdos tienden a permanecer. No hay nada más pintoresco que ver a un ternero joven pastando en el pasto, pero las vacas definitivamente no son solo juegos y diversión. Hay días difíciles y trabajos asquerosos. Los olores horribles y el trabajo pesado ocuparon mucho más de mi tiempo, pero resolverlo hace que los recuerdos románticos de ver a los terneros pastando sean aún más dorados.
3. El trabajo duro es trabajo duro
Ya sea que esté haciendo crecer un negocio multimillonario o esté ordeñando vacas, el trabajo duro siempre es difícil. Mi experiencia trabajando con mi padre me enseñó habilidades de liderazgo y gestión, pero también la ardua tarea del trabajo físico. La lección más importante que aprendí al tener acceso a ambos fue cuánto dependen el uno del otro para tener éxito.
Mi experiencia en la granja me ha dado una imagen más completa de lo que implica el trabajo duro, y sé mejor que nunca poner mano de obra en el estante. Uno de los objetivos de mi empresa es proporcionar los productos de administración y conectividad que permitirán que este país tenga una banda ancha omnipresente alimentada por fibra que sea universal y tenga velocidades simétricas de subida y bajada. La construcción de esta infraestructura estará muy centrada en la mano de obra, requerirá mucho trabajo duro e implicará superar muchas barreras, pero al final valdrá la pena si capacitamos, educamos y brindamos oportunidades para mantener esa mano de obra. fuerza ocupada.
Puede que recuerde con cariño mis experiencias en la granja, pero realmente fue un trabajo duro. Al igual que dirigir una empresa, trabajas lo mejor que puedes incluso en los días en que nada sale como esperabas. No todo es gloria, pero todo puede sumarse a una experiencia que vale la pena si aprendes las lecciones que invariablemente trae tu arduo trabajo.
Por Cheri Beranek
Miembro fundador de Clearfield, Inc., Cheri Beranek es considerada una visionaria de las comunicaciones. Su amplia experiencia de liderazgo y su estilo de gestión único combinados brindan un desempeño corporativo sobresaliente.
Bajo su dirección, Clearfield registró 10 años consecutivos de rentabilidad y registró ganancias históricas tanto en la capitalización de mercado como en el capital social. Hoy, Clearfield es una empresa multinacional con más de 250 empleados y más de 700 clientes.