Gabinetes, Cables, Pedestales y Terminales de Fibra Óptica

Muchos de nosotros nos levantamos antes del amanecer y salimos a trabajar con personas para lograr una meta o producir algo. De lo que no nos damos cuenta es que pasamos más horas despiertos con las personas con las que trabajamos que con nuestra propia familia. Esto convierte a nuestros compañeros de trabajo en una especie de “segunda familia”. Es por eso que deberíamos enseñarles a nuestros hijos que no se trata solo de cuánto dinero ganas. Lo más importante es que te guste lo que haces y las personas con las que trabajas.

Digamos que una persona gana seis cifras pero no le gusta la gente con la que trabaja y el tipo de trabajo que hace, el resultado es ser infeliz durante una gran parte de su vida. Esa infelicidad se transmite a la familia, donde las quejas sobre el trabajo se realizan durante la cena.

El dinero no puede comprar la felicidad. Por lo tanto, asegúrese de trabajar con personas que compartan el mismo sueño que usted, y la vida será muy gratificante y feliz. Este es el camino que he elegido y no podría estar más feliz.

Por: Brian Schrand – Gerente de Ingeniería de Aplicaciones

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