Mucho se ha escrito sobre la ética empresarial, en gran parte bastante sermoneador. Pero para mí, realmente no es tan complicado. La ética empresarial no es una elección, sino una forma de vida.
En Clearfield, nos esforzamos por hacer lo correcto en todo lo que hacemos. Por supuesto, somos humanos y cometemos errores. Pero nos esforzamos por enfrentar cada decisión con integridad.
Con toda la discusión sobre el “acantilado fiscal”, probablemente no se espere que cite a un funcionario del gobierno sobre la “integridad”. Sin embargo, mientras se desempeñaba como Directora de Reforma del Cuidado de la Salud, Rosemarie Greco dio en el clavo cuando dijo: “No se puede tener un poco de integridad o mucha integridad. No hay escala móvil para la integridad. O lo tienes, o no lo tienes”.
Tal vez dicho de manera más simple, la integridad se trata realmente del carácter, y qué es el carácter, sino conducir la vida de uno con el respeto fundamental por los demás. En términos callejeros, lo llamamos “lucha justa”.
A medida que invertimos en nuevos productos y nuevos mercados, nuestro objetivo es aumentar nuestra participación y penetración en el mercado. Seremos agresivos, lucharemos de manera justa.